La Abadía de San Arnoldo de Ambar
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Año de fundación: 2012
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Foto: Igastroaragon.com |
Históricamente la
cerveza fue desarrollada por los antiguos pueblos elamitas, egipcios y
sumerios. Las evidencias más antiguas de la producción de cerveza datan de
alrededor de IV milenios A.C. y fueron
halladas en Godin Tepe, en el antiguo Elam (actual Irán).
Algunos la ubican
conjuntamente con la aparición del pan entre 10000 y 6000 A.C. ya que tiene una
parecida preparación agregando más o menos agua. Parece ser que las cervezas
primitivas eran más densas que las actuales, similares al actual pombe
africano, de culturas igualmente primitivas.
Según la receta más antigua conocida, el Papiro de Zósimo de Panópolis (siglo III), los egipcios elaboraban la cerveza a partir de panes de cebada poco cocidos que dejaban fermentar en agua. Su cerveza fue conocida como zythum, que es palabra griega, pero en una fase más tardía.
Los celtas
conocían la elaboración de la cerveza y llevaron consigo este conocimiento
cuando se extendieron por la península ibérica, donde su uso y su elaboración
se desarrolló muy pronto.
Foto: Antonio Samper |
La cerveza
propiamente dicha aparece en Europa en el siglo XIII, en la medida en que el
concepto de cerveza incluye el amargor propio del lúpulo. El malteado ya se
había inventado antes. En el primer capítulo de sus 'Études sur la bière', Pasteur hace notar que cuando se dice que en el
siglo IV A.C. ya Teofrasto hablaba de «cerveza», en realidad no hablaba de
cerveza, ni de cervoise, ni de beer, sino de vino de cebada, de οίνος εκ
κριθεόν. Atribuir un origen muy antiguo a la cerveza se hace sobre la base de
proporcionar un concepto muy amplio de lo que haya de entenderse por cerveza.
Esta bebida tiene casi tanta
historia como la propia humanidad por lo que no era difícil que la cerveza también
entrase a formar parte de las doctrinas religiosas de una u otra manera. Los
monjes, en sus monasterios y abadías, tuvieron una gran trascendencia en la
cultura cervecera, llegando a ser precursores de algunos de los estilos más
importantes de esta bebida, y por lo tanto tenían que dar las gracias a algún
santo por permitirles crear tan delicioso brebaje.
Durante muchos
años el consumo de alcohol estuvo mal visto por parte de la iglesia católica,
que no llegó a prohibirlo pero si a moderar su consumo.
Foto: VP Fotografía |
Se estima que hay
en torno a 20 santos patronos relacionados de una u otra manera con la cerveza,
unos con mayor protagonismo que otros, pero quizás el primero de todos ellos, y
curiosamente no reconocido oficialmente, fue San Benito de Nursia (480-547),
fundador de la orden de los benedictinos y considerado el iniciador de la vida
monástica en Occidente, quien dictaminó que los monjes debían ser
autosuficientes en todos los aspectos, de ahí que comenzaran a ser grandes
elaboradores de quesos, miel y cervezas, de la cual se les permitía beber hasta
varios litros al día y llegó a ser su único sustento en época de ayuno.
Casualmente hay dos santos relacionados con la cerveza que llevan el mismo nombre, aunque solo uno de ellos es considerado oficialmente como el Santo Patrono de los cerveceros, San Arnulfo (también conocido como Arnoldo, o Arnaldo) de Metz .
San Arnulfo de
Metz (*582 †640) nació el 13 de agosto de 582 en los alrededores del río Mosela
en la localidad de Lay-Saint-Christophe, en el distrito de Nancy en una región
llamada Austrasia en lo que hoy es el suroeste de Francia, en el seno de una
familia acomodada.
SAN ARNOLDO DE METZ |
Ya adulto,
Arnulfo se casó con una mujer de la nobleza llamada Doda, con quien tuvo dos
hijos, Ansegis y Clodulfo, pero sus pensamientos frecuente se enfocaban en
temas religiosos.Fue así que años
después, junto a su amigo Romarico, oficial de la corte al igual que él,
decidió planear un retiro hacia la abadía de Lérins, evidentemente con el
propósito de dedicar su vida a Dios.
Durante ese
tiempo, la sede episcopal de Metz quedó vacante y como consecuencia, a la edad
de 32 años, el año 612, Arnulfo fue consagrado Obispo de Metz.
Desde ese momento,
Arnulfo llevó adelante una vida
virtuosa, siempre dando el ejemplo para sus súbditos, tanto en lo puramente
eclesiástico, como en lo político, ya que se erigió como uno de los principales
consejeros del rey Dagoberto I. De hecho, fue clave en la declaración de
importantes edictos que decretaron que las tierras hereditarias no eran
permanentes; y que los obispos debían ser elegidos por los feligreses y no más
a dedo por el rey.
En esa época,
Arnulfo constantemente alertaba sobre el
peligro para la salud de tomar agua, que resultaba nociva. Por aquella época, como es fácil imaginar, la salubridad del agua brillaba prácticamente por su ausencia, por lo que era bastante frecuente que la gente enfermara por beberla en condiciones deficientes, procedente de ríos, pero en especial lagunas y estanques. Esta contaminación incluía en muchos casos la bacteria de la peste, por lo que Arnulfo solía prevenir a los miembros de la
Iglesia recomendándoles beber cerveza. Sin saberlo, al hervir el agua para
preparar la cerveza, esta quedaba libre de los gérmenes que producían las enfermedades.
Se dice que durante la peste
introdujo su crucifijo en una olla caliente con cerveza y tras una bendición la
limpió de todos sus males instando a todos los allí presentes a beber de ese
bendito hervidor.
San Arnaldo observó que precisamente el clero enfermaba menos del estómago por este motivo, y por ello directamente le adjudicó a la cerveza propiedades sanadoras, cuando en realidad se debía a la introducción del agua hervida al proceso de elaboración.
Foto: Kino Jam |
Quince años más
tarde, en el año 627, San Arnulfo se trasladó a la abadía de Remiremont,
Francia, donde construyó una pequeña capilla en la que daba refugio a leprosos
y a otros rechazados por la sociedad. Sus últimos años llevó una vida ermitaña
y murió el 18 de julio de 640,, siendo
enterrado en su capilla de la montaña por su mejor amigo. De ahí que cada año,
en esa fecha, se celebre San Arnulfo.
El milagro de la
cerveza
Fue un año después de su muerte cuando los ciudadanos de Metz pidieron que su cuerpo fuera exhumado y llevado a la ciudad de Metz para enterrarlo en la iglesia local, lugar donde solía predicar las virtudes de la cerveza.
La solicitud de
los feligreses fue concedida. El viaje para llevar el cuerpo de Arnulfo de
regreso a Metz era caluroso, largo y agotador, por lo que al pasar la procesión
ceremonial por la ciudad de Champignuelles, los fieles se detuvieron en una
taberna local a comprar cerveza, pero desafortunadamente sólo quedaba
disponible apenas el equivalente a una jarra que tendrían que compartir entre
todos.
Fue en ese
momento que uno de los feligreses, llamado Duc Notto, exclamó: “la poderosa
intercesión del beato Arnulfo nos proveerá lo que falte” y a partir de ese momento,
el contenido de la jarra nunca se terminó y toda la gente pudo beber cerveza
hasta satisfacer su sed.
A esto se le
conoce como el milagro de la cerveza y es la razón por la que Arnulfo acabó
convirtiéndose de cara a la Iglesia Católica en San Arnulfo de Metz, y tanto
ésta como la Ortodoxa consideran a San Arnulfo el Santo Patrono de los
Cerveceros, cuya fiesta se celebra cada 18 de Julio y al que se le atribuye la
famosa frase: «Del sudor del hombre y del amor de Dios, la cerveza vino al
mundo»
San Arnoldo de Soissons
El segundo de ellos es
Arnoldo de Soissons (1040-1087), quien es
considerado el Santo patrono de los recolectores de lúpulo, probablemente
porque nació en el Brabante Flamenco, en
una pequeña ciudad llamada Oudernaarde en el año 1040, región famosa por ser productora de tan aromática planta.
Arnaldo, hijo del
caballero Fulbert, en su juventud fue soldado y más tarde monje benedictino de
la abadía de Saint-Medard de Soissons. Años más tarde llegó a ser nombrado
obispo de Soisson, y con 47 años ya había conseguido cumplir los requisitos
para ser nombrado santo por la Iglesia Católica.
Pero sin embargo, la fe y la
determinación de Arnaldo no estuvo siempre ausente de dudas y tentaciones.
Llegó a huir de su internamiento clerical en varias ocasiones, apartándose de
sus obligaciones y responsabilidades con la orden religiosa a la que
pertenecía. Cuenta la leyenda que en la primera de sus escapadas, siendo abad
del monasterio, fue un lobo quien le obligó a regresar a la abadía.
Y este no fue el último intento de fuga del santo, ya que tras su nombramiento como Obispo igualmente intentó dejar tierra de por medio. Años más tarde consiguió su propósito de salir de la abadía pero no para dejar definitivamente los hábitos sino para fundar otra abadía: la de Sant Peter de Oudenburg, donde finalmente comenzó a dedicarse a los menesteres que con el tiempo le hicieron célebre: hacer cerveza.
SAN ARNOLDO DE SOISSONS |
Y este no fue el último intento de fuga del santo, ya que tras su nombramiento como Obispo igualmente intentó dejar tierra de por medio. Años más tarde consiguió su propósito de salir de la abadía pero no para dejar definitivamente los hábitos sino para fundar otra abadía: la de Sant Peter de Oudenburg, donde finalmente comenzó a dedicarse a los menesteres que con el tiempo le hicieron célebre: hacer cerveza.
En plena Edad Media
la cerveza era uno de los productos más importantes dentro de la alimentación
de la sociedad y en especial formaba parte de la dieta habitual del clero, que
incluso llegaban a utilizarla como soporte para las largas y duras jornadas de
ayuno de la Cuaresma.
A Arnold de Soissons también se le atribuye una mejora en el proceso de elaboración de la cerveza ya que mientras trabajaba en el colmenar mientas que tejía las mallas de paja para las colmenas del apiario de la abadía, el abad se dio cuenta de que los conos de paja podían usarse como filtro para conseguir que tuviera aún menos impurezas la cerveza. Por este motivo aparece representado en ocasiones, rodeado de abejas como sucede en los certificados de la Confederación de los Cerveceros Belgas.
A Arnold de Soissons también se le atribuye una mejora en el proceso de elaboración de la cerveza ya que mientras trabajaba en el colmenar mientas que tejía las mallas de paja para las colmenas del apiario de la abadía, el abad se dio cuenta de que los conos de paja podían usarse como filtro para conseguir que tuviera aún menos impurezas la cerveza. Por este motivo aparece representado en ocasiones, rodeado de abejas como sucede en los certificados de la Confederación de los Cerveceros Belgas.
Convencido totalmente
de las benignas propiedades de la cerveza, se dedicó a difundir por las villas
y aldeas de la región, la idea que la cerveza era un auténtico "don de
salud" como así lo llamaba. Incluso llegó a llamarla "regalo de la
vida". Se dice que consiguió sanar
a enfermos usando cerveza, y en su campaña de concienciación sobre las bondades
de la cerveza salvó muchas vidas durante los tiempos de la peste en el siglo
XI, por lo que no es de extrañar la alta consideración que tenía el santo hacia
la cerveza.
Además, como a todo
santo, a San Arnaldo se le atribuyen varios milagros, como el sucedido tras el
derrumbe del techo de un monasterio de Flandes que dejó sin suministro de
cerveza a los monjes y a las tabernas del pueblo. Arnold de Soissons le pidió a
Dios que multiplicara las barricas de cerveza que quedaban para el consumo de
todos y su petición fue concedida, por lo que se ganó su canonización como
santo.
Otro de los milagros ocurrió
durante una plaga devastadora, cuando abrió al público las reservas de cerveza
de su monasterio y salvó a un pueblo entero de la muerte.
Todos ellos fueron reconocidos por el concilio celebrado en
Beauvais en 1121, siendo canonizado como santo posteriormente en 1131.
Sus reliquias
descansan en la pequeña iglesia de la abadía que fundó, San Peter de Oudenburg .
Su fiesta es el 14 de agosto.
Realizar milagros relacionados
con la cerveza no era la única manera de terminar siendo un santo cervecero.
Otros hombres y mujeres terminaron optando a esta condición gracias a su
contribución al proceso de elaboración de la cerveza o al estudio o cultivo de
alguno de sus ingredientes principales.
Milagros a parte, la invocación de Santos y Santas para bendecir o proteger cualquier cosa, incluida la cerveza, se ha dado durante cientos de años, pero esto también incluía su parte opuesta o su cara menos amable. Los santos servían para agradecer y pedir cosas buenas pero cuando lo que llegaba no era bueno había que buscar culpables, y teniendo en cuenta que el proceso de elaboración de cerveza en aquella época no se comprendía del todo, principalmente por el desconocimiento del proceso fermentativo, cuando una cerveza salía mala o no estaba en condiciones para su consumo enseguida se echaba mano de los malos espíritus y las conocidas como brujas de la cerveza para eximirse de toda culpa. Se dice que la última quema de una bruja de la cerveza fue entre los años 1600 y 1700.
Milagros a parte, la invocación de Santos y Santas para bendecir o proteger cualquier cosa, incluida la cerveza, se ha dado durante cientos de años, pero esto también incluía su parte opuesta o su cara menos amable. Los santos servían para agradecer y pedir cosas buenas pero cuando lo que llegaba no era bueno había que buscar culpables, y teniendo en cuenta que el proceso de elaboración de cerveza en aquella época no se comprendía del todo, principalmente por el desconocimiento del proceso fermentativo, cuando una cerveza salía mala o no estaba en condiciones para su consumo enseguida se echaba mano de los malos espíritus y las conocidas como brujas de la cerveza para eximirse de toda culpa. Se dice que la última quema de una bruja de la cerveza fue entre los años 1600 y 1700.
Fuentes: Steve Frank & Arnold Meltzer
(beerhistory), allaboutbeer, churchpop, Wikipedia, delgranoalacopa.com
Ubicación en la Villa: Plaza de La Catedral |
Más información: www.ambar.com |