Aguadores
(Aquarii) |
Año de fundación: 2005
|
Un oficio muy común en la
España medieval, y que pervivió en algunos casos hasta el siglo XIX, eran los aguadores,
que se dedicaban a vender y distribuir agua entre la población.
En una época, en la que el suministro de agua corriente a las casas no existía, su papel resultaba clave para garantizar ese abastecimiento.
En el caso de Teruel, podían acudir a las diferentes fuentes existentes dentro del recinto amurallado, como la ubicada en la actual Plaza San Juan, o a las localizadas en las inmediaciones extramuros.
El transporte del agua desde el punto de recogida hasta el de venta se realizaba habitualmente con un único burro o con recuas de varios animales, que iban provistos de serones o angarillas en sus costados, en los que se podían colocar hasta media docena de cántaros.
También era normal el empleo de carros de dos ruedas tirados por animales. Pero todavía resultaba más común el uso de carretillos con una o dos ruedas y que presentaban patas de apoyo para estabilizarlos cuando se paraba a descargar.
Los aguadores recorrían las calles pregonando, o bien acudían a las casas, especialmente a las más acomodadas, para descargar, en las tinajas o cubas ubicadas en los soportales, patios o zaguanes de las viviendas donde normalmente se guardaba el agua.
En una época, en la que el suministro de agua corriente a las casas no existía, su papel resultaba clave para garantizar ese abastecimiento.
En el caso de Teruel, podían acudir a las diferentes fuentes existentes dentro del recinto amurallado, como la ubicada en la actual Plaza San Juan, o a las localizadas en las inmediaciones extramuros.
El transporte del agua desde el punto de recogida hasta el de venta se realizaba habitualmente con un único burro o con recuas de varios animales, que iban provistos de serones o angarillas en sus costados, en los que se podían colocar hasta media docena de cántaros.
También era normal el empleo de carros de dos ruedas tirados por animales. Pero todavía resultaba más común el uso de carretillos con una o dos ruedas y que presentaban patas de apoyo para estabilizarlos cuando se paraba a descargar.
Los aguadores recorrían las calles pregonando, o bien acudían a las casas, especialmente a las más acomodadas, para descargar, en las tinajas o cubas ubicadas en los soportales, patios o zaguanes de las viviendas donde normalmente se guardaba el agua.
Ubicación haima: Paseo del Óvalo |