Especieros
(Aromata Coeficientes) |
Año de fundación: 2007
|
Durante la Edad Media la
mayor parte de las especias eran un producto de lujo, siendo los especieros los
encargados de su venta. Sus usos eran múltiples y no quedaban reducidos al
culinario.
Gracias al perfeccionamiento en la destilación de plantas aromáticas nació la farmacia, al poder ser usadas también como medicamento. Propiedades curativas tenían el espliego, el romero, el tomillo, la salvia o la mejorana.
Los perfumistas también utilizaban especias y plantas, para elaborar sus ungüentos y productos cosméticos. En cuanto al uso gastronómico, tanto las especias como las hierbas aromáticas se usaban abundantemente en la elaboración de salsas.
La más común era la pimienta negra, seguida de la canela, el comino, el jengibre, y el clavo, que proporcionaban un sabor exótico y ayudaban a disimular el mal sabor de la carne pasada. Su principal uso era en guisos, adobos, aliños y licores, además de para la conservación de alimentos.
Algunas especias se importaban desde plantaciones en Asia y África, lo que las convertía en productos extremadamente caros. Si la especia más común era la pimienta negra, la más cara y exclusiva era el azafrán, utilizada como colorante alimenticio. A causa de su elevado coste, resultaba común el empleo como condimento de hierbas de carácter local, como el perejil, la menta, el tomillo, el romero o el hinojo.
Gracias al perfeccionamiento en la destilación de plantas aromáticas nació la farmacia, al poder ser usadas también como medicamento. Propiedades curativas tenían el espliego, el romero, el tomillo, la salvia o la mejorana.
Los perfumistas también utilizaban especias y plantas, para elaborar sus ungüentos y productos cosméticos. En cuanto al uso gastronómico, tanto las especias como las hierbas aromáticas se usaban abundantemente en la elaboración de salsas.
La más común era la pimienta negra, seguida de la canela, el comino, el jengibre, y el clavo, que proporcionaban un sabor exótico y ayudaban a disimular el mal sabor de la carne pasada. Su principal uso era en guisos, adobos, aliños y licores, además de para la conservación de alimentos.
Algunas especias se importaban desde plantaciones en Asia y África, lo que las convertía en productos extremadamente caros. Si la especia más común era la pimienta negra, la más cara y exclusiva era el azafrán, utilizada como colorante alimenticio. A causa de su elevado coste, resultaba común el empleo como condimento de hierbas de carácter local, como el perejil, la menta, el tomillo, el romero o el hinojo.
Ubicación haima: Ronda Dámaso Torán (La Muralla) |