Maestros de obra
(Operis Magistri) |
Año de fundación: 2006
|
Uno de los sectores que más
mano de obra absorbería durante las primeras décadas de existencia de la villa
fue el de la construcción, al ser necesario levantar las murallas, los
edificios religiosos y las viviendas privadas. Esto provocaría la llegada de especialistas en diferentes técnicas constructivas, entre los que estaban los maestros de obra. Ya en el Fuero se puede apreciar una primera diferenciación clara en cuanto a la organización del trabajo en los diferentes procesos de la construcción.
Así, al artifex operis o magister operis se le atribuye la dirección y la edificación de la obra, como oficial con el mayor grado de especialización. Debía tener conocimientos de diferentes materias, al ser el autor del proyecto arquitectónico y dirigir posteriormente todo el proceso hasta finalizar la obra.
Esto permitía distinguirlo de otros oficios que se hallaban en un escalafón inferior, como el cementarius (encargado de la argamasa) o el tector (techador), además de los artesanos vinculados con el trabajo de la madera. El primer maestro de obra del que se tiene constancia en Teruel es Pedro Ibáñez de Soria, cuya referencia data de 1278.
| Ubicación haima: La Glorieta |
|
