Guaytas del Concejo
(Concilii vigiles) |
Año de fundación: 2004
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Los guaytas se
encargaban de la vigilancia nocturna de la villa, misión compartida con los
magistrados municipales.
En total eran veinte, distribuidos en nueve velas de
dos individuos cada una y dos sobrevelas que hacían la ronda. Cada vela correspondería a una de las nueve parroquias,
que se distribuirían los diferentes sectores de la muralla. En condiciones de normalidad, los guaytas
o velas comenzaban su jornada al ponerse el sol y permanecían en su puesto
hasta la mañana siguiente, aunque cuando el Concejo salía a cabalgada,
continuaban todo el día.
Los sobrevelas recorrían las calles gritando a los velas
para controlarlos y debían identificar a todos los viandantes con que se
encontraban. A causa de su vulnerabilidad, cualquier herida que se les
ocasionara era castigada con 500 sueldos de multa.
El
Fuero dice:”A continuación debe hablarse de los centinelas de esta villa. Todo
centinela perciba cuarenta sueldos en concepto de paga. En cada torre donde deban
velar, velen dos centinelas. Pero si es llamado por el sobrestante de los centinelas y no responde a la tercera vez,
peche dos dineros sin excusa. Y si por ventura no vela una noche, la colación
de donde la torre tenga que ser velada, peche cinco sueldos al juez, a los
alcaldes y a los sobrestantes de los centinelas. Pero si algún centinela es
declarado culpable de traición, como el fuero prescribe, sea ahorcado. Sin
embargo, se debe saber que los centinelas deben estar siempre en las torres
desde la puesta del sol hasta la mañana, al amanecer, de tal modo que puedan
ver a los transeúntes. Porque si en la hora antedicha no está en la torre, o
desciende antes de la misa matutina, por cada una de las infracciones peche
cinco sueldos al juez, a los alcaldes y a los sobrestantes de los centinelas.”
Ubicación haima: Plaza del obispado (Calle Tribuna) |