Dentro de la sociedad medieval turolense, encontramos estas minorías de "marginados" sociales. Grupos formados por gentes cuyas condiciones físicas, morales o económicas les excluyen de los estatus "normales" y les empujan a ocupar el escalón social más bajo. Pobres, vagabundos, mendigos, delincuentes, prostitutas, criados, enfermos, leprosos, impedidos, esclavos, etc, conforman esta parte del tejido social .
Casa de San Lázaro (Sancti Lazari Domus)
Uno de los centros asistenciales más importantes del Teruel medieval, era la Casa de leprosos de San Lázaro, cuya fundación se debe a Jaime I. Con su creación, se buscaba impedir el contagio de la enfermedad, para lo cual, todo aquel que la padecía, era ingresado allí hasta que llegaba su muerte. Seguramente se ubicaba extramuros en un paraje llamado Salit, junto al camino de Villaspesa, al lado de un frondoso olmo donde se ahorcaba a los reos condenados.
Casa de San Lázaro (Sancti Lazari Domus)
Uno de los centros asistenciales más importantes del Teruel medieval, era la Casa de leprosos de San Lázaro, cuya fundación se debe a Jaime I. Con su creación, se buscaba impedir el contagio de la enfermedad, para lo cual, todo aquel que la padecía, era ingresado allí hasta que llegaba su muerte. Seguramente se ubicaba extramuros en un paraje llamado Salit, junto al camino de Villaspesa, al lado de un frondoso olmo donde se ahorcaba a los reos condenados.
El catarismo fue un
movimiento religioso de carácter agnóstico que se propagó por Europa occidental
a mitad del siglo X, alcanzando gran arraigo en la región francesa del
Languedoc. Allí algunos de los señores feudales de la región, vasallos del rey
de Aragón, concedieron protección a los cátaros. La respuesta de la Iglesia fue
considerar sus doctrinas heréticas y convocar la conocida como Cruzada
albigense para erradicar esta nueva doctrina por la fuerza de las armas.
En el escalafón más bajo
de la sociedad se encontraban los cautivos. Se trataba de moros capturados en
territorio musulmán durante las campañas militares. Su presencia fue constante
a lo largo de todo el periodo medieval, resultando más numerosos cuando Teruel
era frontera y durante las campañas desarrolladas en territorio valenciano y
murciano. Para que su captura tuviera efecto tenían que ser apresados en tiempo
de guerra. Si, por el contrario, lo eran mediando treguas debían ser puestos en
libertad.
La primera referencia en
el Reino de Aragón a la brujería data de 1023, cuando el Obispo Oliva de Vich
le advierte por carta a Sancho El Mayor que uno de los principales problemas a
atender en su Reino es el de los “augurios”. No será hasta la redacción de los
Fueros de Aragón cuando se aluda por primera vez en una compilación legislativa
a los “adivinos y envenenadores”, pues uno de los principales temores era que
envenenaran las aguas.
El Común (Communia)
El Común (Communia)
Con los clérigos y los caballeros formando una
minoría privilegiada, el resto de la población quedaba aglutinada dentro del
grupo del Común. Se trataba de un grupo social de lo más heterogéneo, dentro
del cual existían diferencias económicas muy marcadas entre sus integrantes.
Eso no quita que sus miembros tuvieran la posibilidad en un momento dado de
hacerse con los recursos económicos suficientes como para poder ascender al
rango de caballero, aspiración de buena parte de sus integrantes.
Teruel, como toda villa
de cierta importancia, contó con su prostíbulo, al que se conocía como la “casa
de las fembras públicas”. Se encontraba ubicado fuera de la muralla, en la
Taberna del Concejo del Arrabal, al comienzo de la actual Cuesta de la
Jardinera. Era propiedad del Concejo y su alquiler proporcionaba importantes
ingresos a la institución municipal. Las prostitutas gozaban de buenas
condiciones de higiene y salud, recibiendo una vez a la semana asistencia
médica pagada por el municipio.
El primer gran factor de
estructuración social en Teruel era el de vecindad, pues aquellos que la
ostentaban poseían la protección jurídica otorgada por el Fuero, disfrutaban de
los bienes comunes o podían acceder a las magistraturas municipales. Así pues,
quien poseía la ciudadanía gozaba de una situación privilegiada. Aquellos que
no gozaban de ella tenían el carácter de forasteros, cambiando notablemente su estatus
jurídico y procesal con respecto a los ciudadanos de la villa.
Locos y endemoniados (Dementes et Posessi)
Locos y endemoniados (Dementes et Posessi)
En la Edad Media, las enfermedades mentales eran atribuidas a causas sobrenaturales, y a los que las sufrían se les consideraba condenados por Dios por sus pecados. La locura no implicaba marginación y aislamiento, por lo que no existen referencias a manicomios donde tuviera lugar su confinamiento. Sólo a principios del siglo XV surgen los primeros hospitales dedicados exclusivamente al cuidado y atención de enfermos mentales, instituciones donde a los pacientes se les administraban sustancias calmantes.
Con el término peregrino
se alude a todos aquellos viajeros que, ya bien por devoción o por voto,
visitaban algún santuario o lugar considerado sagrado. Sin embargo, también se
puede hacer extensiva esta denominación a todo aquel que se desplazaba por tierras
extrañas. Aunque eran varios los lugares a los que se podía acudir como
peregrino, en la Península Ibérica sólo se consideraba como tal al que se
dirigía a la catedral de Santiago de Compostela para visitar la tumba del
apóstol.
Los pobres y marginados
durante la Edad Media suponían un cierto porcentaje de la población total,
pudiendo haber llegado a ese estado por diferentes motivos. Por un lado,
estaban aquellos impedidos, tullidos, enfermos o aquejados de enfermedades
infecciosas como la lepra. Pero, también formaban parte de este grupo los
mendigos, los locos o los vagabundos.
Las primeras noticias que
se tienen del colectivo mudéjar asentado en Teruel las encontramos en 1258. A
partir de ese momento las noticias en torno a él se prodigarán. Tras el
otorgamiento de un Privilegio Real el 2 de marzo de 1285 se les permitió comprar
propiedades rústicas, así como tan sólo satisfacer la mitad de la “pecha”
establecida (impuesto). También hay referencias a mujeres mudéjares en estas
primeras transacciones comerciales, como Hariza en El Tozal y Meriem en la
Plaza Mayor.
Siervos
Los siervos se encontraban en el peldaño más bajo de la sociedad, sólo con los cautivos por debajo de ellos. Se desconoce con precisión el volumen numérico de este grupo. Sus ocupaciones eran múltiples, desde trabajar en los campos o pastorear los ganados del señor, hasta realizar tareas domésticas. A cambio de sus servicios recibían su sustento y un salario, ya bien en dinero o en especie.
Los siervos se encontraban en el peldaño más bajo de la sociedad, sólo con los cautivos por debajo de ellos. Se desconoce con precisión el volumen numérico de este grupo. Sus ocupaciones eran múltiples, desde trabajar en los campos o pastorear los ganados del señor, hasta realizar tareas domésticas. A cambio de sus servicios recibían su sustento y un salario, ya bien en dinero o en especie.